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Mostrando las entradas de mayo, 2009

La sensata insensatez de algunas mujeres

Noticia de última hora: Hace 28 años nació José Miguel. Bueno, ustedes dirán: ¿y a nosotros qué? Pues, si, ¿a ustedes qué? Finalmente el condenando enano es mi sobrino, no el de ustedes! Pero lo que si quiero dejar muy claro es que estoy orgulloso de semejante albondigón . No sólo es un geek espectacular, sino, también, un hijo y hermano ejemplar, un gran diseñador gráfico, un marido sin tacha -de tachadura no de químico-, un padre súpercool - pregúntenle a la pequeña Emma - y un sobrino... bueno, para que ensuciar tan buen récord . Así que los invito a unirse a felicitar al pequeño monstruo en su celebración y vayan a desearle parabienes a su blog (está en mi lista: soy el enfermo ). Ahora pasemos a la sensata insensatez ... "¡Yo quiero ser una mujer, no una de esas afeminadas que se dedican a cosas de hombres!! Susanita He generalizado, se la que me espera. Desde el jueves pasado, varios clichés femeninos se dieron cita en la cotidianidad de mi existencia. Cosa

Picahielos

Le pudo ver bien, de pie, junto a la chimenea y en ese momento creó mil excusas para disculpar su presencia frente a todos los invitados, pero no pudo enfrentar su desencanto al ver como se disolvía entre los ladrillos dejando sólo una sarcástica carcajada. -------------------------------------------------------------------------------------------- Debo confesarte que yo guardo un secreto- confesó apenado. Yo dos- confió ella, después de esa tarde no volvieron a verse. -------------------------------------------------------------------------------------------- Antes de dormir, pudo ver al ángel posarse sobre el tejado de la casa de enfrente, maravillado comenzó a conciliar el sueño, mientras el alado intruso cantaba acompañado con los dulces sonidos de un arpa celestial. Toda la semana duró la serenata y cada noche trataba de dormir mientras la celeste voz se fundía con la noche. Sus grandes ojeras causaban asombro entre los compañeros de oficina y alababan su dicha. El

Un pueblo hundido en la comedia... II

"¡Hago el "muerto"! ¡Es todo lo que se hacer! ¡Mi especialidad es la infantería, no lo olvidemos...!" El Imbécil Asterix en Helvecia Ya un poco más calmado me dispongo a seguir con lo que suspendí ayer. Siguiendo con el orden de los puntos que señalé el día de ayer, toca el turno a esa palabra que se desgasta día con día en boca de buenos y malandrines: democracia. Esta palabra se ha convertido en la muletilla de todo aquel patán que desea poder y que para obtenerlo aboga a la democracia, diciendo que en este país no existe. Es muy cierto, la democracia en nuestro país está limitada a los compendios de leyes y a los libros de filosofía. Tan manoseado está su significado que actualmente se

Un pueblo hundido en la comedia...

"¡Hay dos cosas que no toleraré en esta casa: racismo y estreñimiento!" Karen Walker Will and Grace Lo he intentado, se los juro, pero cada que me acerco, me alejo lleno de nauseas. Eso no quiere decir que no esté al tanto o que no me importe, pero precisamente por que me importa, es que no lo soporto. La política es un asco, bueno, no la política, sino los políticos. Los medios de comunicación están vendidos, no los medios en sí, sino aquellos que los manejan, el pueblo de México está en el borde de ser... no se que cosa... pero nada bueno. El país está como constipado, su población sufre de una imposibilidad de pensar, o por lo menos eso refleja. Cuando una cadena

El Picahielo

Sin temor a ser descubiertos se atrevieron a bajar jocosos por las viejas escaleras; nunca antes lo habían hecho, ella nunca lo permitía, pero ahora todo era diferente. El sol brillaba muy por encima de ellos, su intensa luz los bañaba desde las alejadas ondulaciones de los gruesos cristales del polvoso tragaluz. A lo largo de la escalera fueron encontrando toda clase de objetos, nuevos para ellos, que sus curiosos ojos devoraban llenos de asombro, los mordían y arrojaban, así rompieron bolsas de basura, cartones y retazos de madera. Sus gargantas dejaban escapar algo parecido a la risa con el sonido de las cosas al estrellarse pisos abajo. El más pequeño encontró un hato de periódico y desgarrándolo a mordidas se lanzó escupiendo pedacitos por toda la escalera. Llegaron por fin a la planta baja, los rayos del sol formaban figuras caprichosas sobre los empolvados mosaicos; ahí encontraron mas periódicos y cartas, que los hacían emocionarse viendo las pintas de tinta que no reconocí

¡MADRES!

... Si lo se, se me fue el día y no escribí sobre las madres -¿o debo decir Madres?-. No es tarea fácil, ya que en México no hay nada más importante y que valga menos que una madre. Claro, todos amamos a nuestras madrecitas y nos rodeamos de madres que nos la recuerdan y le mentamos la suya a quien nos la recuerda. El diez de mayo es EL DÍA de la MADRE, hasta gente que uno sospecha que nunca tuvo, confiesa recordarla o por lo menos visitarla a escondidas. Cuánto político, líder sindical, empresario o árbitro, no se fugarán a ver a la autora de sus cochinos días cargados de regalos culposos, para poder verla y hacerse de la vista gorda, fingiendo demencia, sin aceptar que, gracias a sus réprobas acciones, son, sus madres, las mujeres más famosas del país. No hay un mexicano que no se las recuerde, a chiflidos , a grito pelón o en resignado silencio. Claro, nadie puede saber cuantas de esas mujeres no están de acuerdo con las actitudes malandras de sus vástagos. Pero para el resto del

El Picahielo

La tenue luz azul que se filtraba por las persianas ayudaba a ver el desorden que reinaba en la habitación. Sobre la silla, la pasión yacía mal doblada, en el suelo un montón de besos desparramados, a los pies de la cama el amor completamente revuelto con caricias ardorosas; en el buró , sin orden alguno, promesas, juramentos, fe y lealtad, se quemaban junto a las colillas a medio apagar de un viejo cenicero. Cubiertos con una delgada gaza de esperanza, los amantes vestidos sólo con un pálido dolor, miraban, abrazados y sin poder conciliar el sueño, los trajes de indiferencia y olvido que colgaban en las puertas del ropero apolillado. Ese odioso par de trapos que deberían usar cuando la alegre luz del sol señale el momento del adiós y haga huir a la tenue luz azul que se filtra por las persianas.

La última y nos vamos...

Hoy vi renacer a la ciudad, es un renacimiento lento, como respuesta burocrática. Pero ya da gusto volver a ver mexicanos y mexicanas -maldita sea, ahora ya se siente uno a disgusto si no hace, ya que uno piensa que alguna mujer se sentirá dejada de lado-, caminando por las calles, flirteando en el metro, vendiendo quesadillas o simplemente muy orondos (as) con o sin cubreboca . Los coquetos vendedores del Rey Burguer muy pispiretos y dispuestos -hasta me dieron upgrade de papas chicas a grandes- regalando gel antibacterial a la entrada del engordadero (mejor deberían de dar una tabla de equivalencias de calorías y esas cosas que a los gordos(as) nos aterran). El calor dejó ver algunos bellos cuerpos luciendo escuetas ropas y sonrisas ocultas tras los tapaboquitas azules, blancos y amarillentos -se vale lavarlos, ¿eh?-. Ya desde el lunes -yo si trabajé- vi un pequeño grupo de policías dentro del metro, muy tranquilo uno de ellos me explicó a su media lengua que "l'o

Realidades a cuatro paredes

Honestamente ya no se que hacer, la realidad se está fundiendo en mi cuarto y no se como detener este fenómeno. Casi me alegra saber que por trabajar en un hospital, mis servicios son considerados esenciales, lo que significa que tendré que asistir el lunes a la oficina. Si fuera paranoico -y bastante tonto- iría hasta con traje de apicultor. La continua diatriba sobre los pros y contras del uso del cubrebocas ya me ampuló el ánimo, pero estar aquí encerrado ya me está ampulando cosas que, se perfectamente, no tengo. Intoxicado de fantasía ya no se distinguir unas cosas de otras; los mails de los obtusos continúan llegando, había optado por ignorarlos, como a todos esos que dicen " ¿ quieres satisfacerla en la cama? " -¿A quién? Público equivocado-, " Aumenta tu masculinidad " -No gracias, si ya me dicen buga de closet -; los mentados correitos llegan por parte de amigos queridos y entrañables, pero cuando los abro y los leo... Dudo de la profundidad de la a