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Mostrando las entradas de julio, 2010

La Vida Moderna -Cadenas-

Contaba yo con nueve años, cuando en mi buzón - de los reales, ya que en ese entonces no había internet - apareció un sobre dirigido a mí, sin remitente, la carta era una fotocopia de una hoja cargada de maldiciones pero con la imagen de un santo y una oración para él. En pocas y concisas palabras me advertía que si no la reenviaba a 20 personas, moriría de alguna forma hórrida, desagradable y muy salpicante; contraería alguna enfermedad contagiosa africana o bien, viviría, pero con la cara de Gustavo Días Ordaz por el resto de mis días. Pero, si acaso la enviaba, gozaría del favor del santito ese y en pocos días ganaría la lotería, encontraría al amor de mi vida y no tendría problemas de disfunción eréctil ni viendo fotos de la maestra Gordillo. Desde luego que me puse a temblar, en ese entonces creía ciegamente en todo lo que estuviera acompañado de un santo, una virgen o un cristo. Muerto de miedo y casi llorando le enseñé el papelito a mi papá, el se rió mucho y lo tiró a la basur