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Mostrando las entradas de junio, 2014

¿...y si ganan?

En nuestro país, durante el tiempo del mundial, se separan parejas, se dividen familias y se acaban amistades. El honor de la nación yace en el esférico (palabra mamona para sustituir "el balón") que será pateado hasta el cansancio por los muchachos de la selección quienes tienen la dicha de tener los ojos, cerebros y corazones de, mínimo, cien millones de mexicanos pendientes de ellos. Históricamente enfrentamos la triste realidad de todas las veces que hemos estado cerca, de lo mal que nos tratan los árbitros vendidos, de las malas condiciones de las canchas, de lo agresivo que era el público, de lo raro que era el balón y bueno, los pretextos sobran para enfrentar las derrotas de las selecciones nacionales a través de los años y, en el proceso, aliviar el dolor que les deja ese hueco de ausencia de triunfo a los millones de aficionados que, cada cuatro años, religiosamente se venden a las empresas que patrocinan a las selecciones; mismos que levantan el puño en señal de

La Vida Moderna -la hueva-

hueva. (Del lat. ova, pl. n. de ovum). 1. f. Masa que forman los huevecillos de ciertos pescados, encerrada en una bolsa oval. 2. f. coloq. Guat. y Méx. pereza (‖ negligencia). La hueva es pereza, sin duda alguna, la negligencia no, eso es política (de esa de políticos y de la otra la que dice que es algo que se hace en un lugar, típico "es política de la empresa..." onda por ahí, o sea que la negligencia es política de los políticos, de los burocratas, de los bancos, de algunos sindicatos y de muchas otras cosas que por hueva y mala memoria -nunca por negligencia- no traigo a colación). Es cosa de dioses eso de la hueva, también de humanos y de animales, la negligencia es cosa de seres inferiores y objetos sin ánima. Dicen que al dios que hizo su Tierra en una semana le ganó la hueva al séptimo y se tiró a roncar sin procuparse (claro, el muy huevis estaba solapa, como ni madre tuvo, no hubo quien le dijera "¿qué haces ahí echadote?"