La Vida Moderna - Fragmentos II (o III no recuerdo) -

- Y llegó nomás al poder... Nomás! Ahora falta ver que pasará.

- Si dormir es una bendición estoy maldito.

- ¿Qué fue del poder de los dioses impuestos? ¿A dónde dirigirán sus ralas pasiones? ¿Qué quedó de sus templos y adoradores? 

- Jamás viví una Navidad tan hueca en mi interior. Tendré que pensar en adorar al Sol Invicto. Eso de la fe y las creencias atenúa tanto la lógica...

- Los vicios acechan en la esquina del recoveco superior en donde guardamos las cosas que no queremos que nadie encuentre.

- Efectivamente, hermoso como el mar, devastador como tsunami, delicado como el golpeteo del remanente de las olas en los pies, intenso como monzón, impredecible como huracán... Inmenso como el océano.

- Sospecho que se portarán bien los primeros dos años, en lo que reconstruyen los puentes quemados, en lo que recuperan verdaderamente ese poder absoluto abandonado por los ingenuos.

- Jamás deseé tanto ser tan poco...

- Ahora los dioses falsos se regodean en la posibilidad de vivir de la simple adoración de un pueblo sin fe.

- No negaré que le tengo un poco -muy poco, en realidad- de fe a la humanidad. Somos tan humanos.

- Y sin saber, me empiezo a acercar a lo que siempre soñé...

- Siempre le tuve miedo al mar. A su inmensidad, a su pasión oscura, a su profundidad.

- ¿Será como gesta medieval? ¿Lanzara a sus caballeros a buscar un Grial? Me aterra la idea de que lo encuentren y que se legitimaren nuevamente.

- Te busqué en el espejo la otra noche, no te encontré y sin embargo alcancé a verte en lo profundo de mis ojos.

- No me pienso postrar frente a un Panteón tan absurdo, tan vacuo, tan sin chiste. ¡Pinches dioses modernos!

- Ahora el reto es rellenar los huecos de la fe.

- Y sé con qué hacerlo.

- Ahora ya no quise evitar nadar...

La expectativa de vida cambió y como decían en las viejas cajitas de texto de los comics de los noventa: Ya nada será igual.

Envidio a Uatu...

Comentarios

Entradas más populares de este blog

A veces me siento y pienso...

La sensata insensatez de algunas mujeres

Fragmentos