Algo está podrido... (2)

...y no parecer ser en Dinamarca.

Para los 80, el público lector de comics parecía estar madurando a la par que los personajes, todos los héroes comenzaban a sufrir una transformación en manos de los autores jóvenes imbuidos por lo que sus propias generaciones habían vivido, así la idea del héroe inocente se empezaba a disolver para deleite de los fans que, de alguna extraña forma, se/nos negaban/mos a superar el vicio.

Las voces de los detractores parecían influir o dejar huella en el fan, generalmente los padres (para ya no soltar la lana), los maestros (frente a la distracción), los hermanos mayores (por estar chingando) y, mas tarde, las novias (por no tener más competencia), parecían no entender la realidad del cómic dentro de sus propios universos e insistían en enfrentarlos con la realidad de este mundo (Earth Prime para algunos, la primera, la que no tenía héroes, ¿eh?). Cada que había que discutir sobre los cuentitos con ellos había que soportar la misma retahíla de pendejadas "maduras", "usan los calzones sobre los pantalones", "Batman es puto", "nunca se hacen viejos", "voy a creer que nadie cacha a Superman, serán tan pendejos", "porqué las mujeres están tan buenotas", "Ay si, todos son güeros o guapos", "Por qué el Hombre Araña no se coge a la Mujer Maravilla -obvio no sabían [ni saben] nada de derechos o crossovers intercompañias-", "Ninguno toma o se droga, muy perfectos todos", etc. Esto llenaba  la mente de los chamacos de dudas que no corresponden a un mundo ficticio que NUNCA tuvo o NO tiene por qué TENERLAS (Reed Richards y Sue Storm se casaron y tuvieron un hijo, OK? Basto con ver la boda, a Sue panzona y a todos cargando al pequeño Franklin B. Richards para entender, no hizo falta verlos cogiendo, a Sue con guácaras matutinas, el parto completo -aunque sí nos llevaron al hospital y nos hicieron sufrir la angustia del envenenamiento radiactivo de la sangre de Sue y el riesgo del nacimiento del pequeño-, la circuncisión y los cambios de pañales cagados, un lector de comics entiende que TODO eso tuvo que ser pero que no era necesario verlo). A veces bastaba con ver a Peter y Mary Jane cerrar la puerta para que cada quien imaginara lo que quisiera o ver a Batman y Robin llegar a la baticueva, ser recibidos por Alfred con sus batas listas y saber que entre todos ellos no había nada.

Inútilmente los nóveles coleccionistas caían en provocaciones y las discusiones sólo causaban desesperación por no poder hacer entender a esa bola de cabrones que el cómic no era así, era otra cosa, la Tía May era el cimiento moral de Peter y el recordatorio de su culpa, Sue la roca de Reed, Lois la esperanza de un extraterrestre, la noche la fuga de un niño herido, pero no había palabras para expresarlo sin caer en prosa poética, cursi o simplemente desesperada (para qué gastar en imitar soliloquios tipo Silver Surfer si irían a caer en oidos necios) y los pocos ejemplos existentes probaron no ser de mucha ayuda ya que, generalmente, el fan se hartaba y confesaba "si se drogan, ahí tienes a Harry Osborn y a Roy Harper", decía ufano el chamaco al que, acto seguido, se le prohibia leer esos comics llenos de malos ejemplos y millonarios pederastas.

Por eso en los 80, el adolescente recibió su mero mole, los nuevos héroes juveniles o las actitudes de los "viejos" empezaron a reflejar ciertos aspectos de la realidad. Así el buen Robin se separó de Batman y comenzó una relación con Batichica, el Hombre Araña tenía varios prospectos de amor y jugueteaba con todas (Felicia Hardy, Debra Whitman, Jean DeWolff, Marcy Kane), Superman era novio oficial de Lois Lane, mientras Clark cortejaba a Lana Lang, etc. Fueron historias autocomplacientes, fantasías de adolescentes, más para acallar rumores (craso error) que para agregar algo al mito de los personajes (al separar a Batman de Robin y rodear a éste de mujeres esperaban que los "civiles*" dejaran de suponerlos homosexuales, pero les salió peor ya que a la fecha Batman a tenido más "Robins" que novias y eso no le ayuda mucho al personaje, ni al fan que termina siempre gritando "Batman no es puto").

Para el fan de hueso colorado resultaba, cada vez, más tedioso tener que explicar su cariño por el medio y terminaba diciendo que a eso se iba a dedicar o bien terminaba hiperventilando al escucharse explicando la existencia del multiverso, el cómo el tiempo no pasa igual en los cómics, que las leyes físicas no aplican igual, que Peter, Matt y Bruce no tenían que morir de cáncer, que ninguno trae los calzones sobre los pantalones y, desesperado, gritando "Batman no es puto".

Por primera vez en la historia, se crearon productos o mercancía para "no tan niños" con temática de superhéroes y vieron que el mercado era bueno y sonrieron. Ese público permanecia hundido hasta el cogote en el cómic y ya contaba con más capacidad propia para gastar su dinero; hay que recordar que las editoriales pertenecían a corporativos que necesitaban futurear en ventas y recuperaciones, por lo que las licencias de sus marcas y la búsqueda de mejores nichos en el mercado provocaron que las historias fueran específicamente enfocadas a un público más adolescente, menos inocente y más ávido de transgreciones -aunque muy fresas al principio-. X-Men, The New Teen Titans y Legion of Super-Heroes fueron los primeros en tratar a los adolescentes con un tinte de respeto que logró que no sólo se ganaran su merecido lugar, sino que, en algunos casos, desbancaron en ventas a los grandes como Superman, Batman o el Hombre Araña y quedaba claro que ninguno era puto (hasta ese momento), es más, ni Batman.

Rápidamente DC comenzó a sacar provecho de esta nueva etapa y agregó capas y capas a su, ya de fijo, complicada historia alejando a los lectores pequeños de sus comics cada vez más complejos; mientras en Marvel un, según unos tiránico y según otros visionario, nuevo y joven editor en jefe decidió que era el momento ideal para volver a lo básico y logró generar así un universo ligeramente más coherente, mas ajustado y simple. Sin dejar de dirigirse a un público adolescente, lo que Marvel produjo en esa etapa era para todas las edades sin caer, necesariamente, en autocomplacencias y en cumplimientos de fantasías de adolescentes urgidos, algo conocido como "la ilusión del cambio". Así el Hombre Araña regresaba a clases, tomaba fotos, cuidaba a la Tía May y se enfrentaba a sus villanos clásicos como en sus inicios aunque parecía estar muy lejos de donde había empezado; mientras en DC, Robin, representado cada vez más como un adolescente verdadero (lleno de dudas, rencores y hormonas), se convirtió en el lider de una banda de héroes adolescentes que lo mismo derrocaban gobiernos, solucionaban problemas religiosos, prestaban ayuda a los niños en situaciones de calle o se la vivían en el desmadre de las angustias propias de la edad, fue en ese ambiente en el que Robin se enamoró de una bella princesa extraterrestre y se encamaron lo suficiente como para dejar claro que, por lo menos, Robin no es puto.

Pero, como en todo, no faltó el negrito en el arroz, un poco de ego por aquí, un poco de atrevimiento sin huevos por allá y lo que fueron buenas ideas, terminaron siendo los primeros clavos de un ataud muy grande y pesado con un muerto muy apestoso dentro que los fans aun están/mos cargando en lenta procesión hacía un futuro incierto.

Mañana le seguimos...

*Todos aquellos inocentes que no leen comics

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