La Vida Moderna -lo natural-
estupidez
De estúpido y -ez.
1. f. Torpeza notable en comprender las cosas.
2. f. Dicho o hecho propio de un estúpido.
De estúpido y -ez.
1. f. Torpeza notable en comprender las cosas.
2. f. Dicho o hecho propio de un estúpido.
La marcha del animal humano a través de su largo camino evolutivo no ha sido cosa fácil. Imaginar a los frágiles homínidos que nos dieron origen cada vez menos en sintonía con el entorno, menos preparados para enfrentar la vida al natural, me hace pensar en un divorcio en el que el menos capacitado fue el que decidió levantar la voz y exigir con qué quedarse. ¿Qué sería de la especie humana si aun conserváramos el olfato, la agilidad, la fortaleza, la velocidad, la dureza de garras y dientes de algunos primos actuales?
-pausa para que algunos geeks nos imaginemos el maravilloso mundo de superseres humanos que seríamos-
Claro, nos quedamos con el mejor cerebro, cosa que nos ufana y ensoberbece al grado de insistir que somos cosa aparte de los animales (lo cual me hace dudar si, en verdad, nos quedamos con el mejor cerebro) La evolución de nuestro cerebro nos llevó a fortalecer partes del cuerpo y a crear (de la nada y con materiales ajenos a nuestros cuerpos) soluciones a los problemas que enfrentamos al carecer de lo que a la mayoría de animales les sobra (instintos, agudeza visual, olfato, menor tiempo de desarrollo de las crías, armas especializadas según la especie -garras colmillos, picos, hocicos, colas, flexibilidad esquelética, alas, piel más resistente, etc.-); así que, a diferencia de muchos animales que evolucionaron a la par que nosotros, decidimos no seguir en el menú de otros y se empezó la carrera armamentista con el afán de vencer al(los) enemigo(s) naturales y con el paso del tiempo a nosotros mismos y se volvió natural enfrentarnos cada vez que no nos parecía lo que los otros, los diferentes, los ajenos a nuestro grupo familiar podían pensar, desear, querer o, simplemente, expresar.
-pausa para que algunos fascistas se imaginen el paraíso en el que pudieron haber vivido soltando garrotazos a diestra y siniestra ante la menor diferencia-
Harto cansado debió ser el nomadismo que el cerebro se apretó el cincho y poco a poco se fue ideando como quedarse en un sólo lugar, domesticar a los animales aptos (onda tipo bullying para convencer a pollos, patos, gatos perros, bovinos, porcinos, ovinos que eran inferiores y que un mandato divino nos daba poder sobre sus vidas, muy diferente a los grandes depredadores naturales que no se andan con pendejadas y se tragan al que se les antoja, sin anteponer dioses, leyes y mamadas muy humanas, usando sólo sus habilidades naturales), ayudando a las plantas favoritas a desarrollarse por encima de las demás, causando extinciones, éxodos y transformando el entorno, siempre pensando en el bienestar de su propia comunidad y olvidando el natural.
-pausa para guardar un minuto de silencio por los que ya no están-
Pirámides, túmulos, arcos triunfales, acueductos, chinampas, termas, caminos aun en uso, barcos, carruajes, catapultas, observatorios, castillos, fortalezas, matemáticas, química, filosofía, arte, en fin, una lista de logros y oficios interminable que conforman la idea de las culturas humanas (incluidos sus odios y creencias); algunas, dadoras de grandes regalos en legislación, derecho, medicina y otras, (a veces también las mismas) destructoras, genocidas, invasoras de lo humano y lo natural. Cómo pudo ser que unos changuitos indefensos ante un mundo hostil lograran tanto, bueno, obvio por el cerebro y la habilidad manual y el lenguaje y algo básico, un núcleo... La familia natural.
-pausa para que los extremistas crean que les estoy dando la razón-
Debemos entender que la familia natural no fue aquella formada por una madre, un padre e hijitos (con un dios entrelazándolos), si eso fuera, la humanidad no hubiera pasado de unas cuantas generaciones antes de que las taras fueran evidentes y se hubiera acabado la humanidad por incesto. La familia natural fue un grupo, un ente diverso, un conjunto de seres humanos, no necesariamente consanguíneos, que vivieron y trabajaron por un bien común y que dejó de existir desde que el hombre se civilizó; desde que lo social, lo económico, legal y religioso le dieron relevancia al matrimonio de ser, prácticamente, una cesión de derechos (o unión legal reconocida para fines de sucesión, posesión y reconocimiento de progenie).
-pausa para que algunos grupos se encanijen y pidan se hable de lo sagrado que representa la familia-
Entonces pensemos un momento, familias hay muchas y muy variadas; desde la, muy en voga, familia de papá, mamá e hijitos, pasando por las grandes que incluyen varias generaciones, hasta las muy pequeñas, esas de dos personas que se apoyan en todo. Las hay sin padres, sin madres, sin hijos, de puros hombres, de puras mujeres, de tíos, primos, amigos, amantes, de trabajadores, etc. Pero matrimonio sólo hay uno, y legalmente es el que cuenta, el autorizado por el Estado, el civil y que es la unión de dos personas en plena consciencia, sin importar si son blancos, negros, rojos, amarillos, altos, gordos, chaparros, hombres o mujeres. Existen ceremonias religiosas sin efecto legal que pueden adornar la unión civil y apaciguar las ansiedades histéricas u obsesivas de los participantes, pero no dejan de ser meras ceremonias.
-pausa para recordar los sufrimientos de los preparativos de esas ceremonias que terminan por no agradarle a todos, en parientes vomitados y profundas enemistades-
Es increíble pensar en el largo y sinuoso camino recorrido desde que formábamos parte de lo natural al 100%, desde que nos erguimos y empezamos a andar, a crecer, destruir, crear y hasta salir del planeta; es fabuloso detenerse a pensar que una masa gelatinosa nos permite estar aquí, ahora, gozando de una vida más simple que la de nuestros antepasados; es extraordinario poder ver que poco a poco los atavismos van desapareciendo, lentamente, pero van desapareciendo. Cada vez más voces, respaldadas por esa materia gris, se levantan para luchar por una humanidad mejor... y claro, no pueden faltar voces disonantes, cuyo respaldo es papel amarillento, que se detienen a decir que lo natural es una tuerca y un tornillo... Tan comunes en los bosques de este mundo.
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