Raspadota!

Eso me pasa por hocicón!

Ahí está uno con las mejores intenciones, con la mejor disposición... y todo para qué?

Desde temprano discutimos que tema tratar, yo me inclinaba por uno, el Bodoque no lo veía con buenos ojos -y no porque siempre los tenga irritados por sus múltiples alergias-, ya que pensó que era muy largo, y sabe muy bien que con mi verborrea, un tema largo lo puedo hacer eterno. Dios nos crea y nosotros nos juntamos... Qué bendición tener al Bodoque como compañero en la aventura de la radio por Internet. Si hay alguien que sin mayor aspaviento me puede regresar a la tierra sin mayores contusiones, es él. Quienes me han escuchado estando solo en cabina, saben lo que son las divagaciones absurdas a las variaciones de cualquier tema.

Finalmente un rayo de luz iluminó al Bodoque y al comentar el tema, nos pareció excelente, buscamos la música ideal -no sin discutirla durante un buen rato-, discutimos cómodamente la forma de tratarlo y nos sentimos preparados para llegar a hacer un digno papel en Todo es Tentativo.

Ahí es cuando la bocota me gana, el niño va y anuncia en su blog, en Facebook y en el MSN (no usé la palomas mensajeras porque con esta crisis es más probable que terminen de plato fuerte en alguna casa a que lleguen sanas y salvas a sus destinatarios). Con bombo y platillo, con confeti y espantasuegras -de verdad eso las asusta?-, les decía a mis amigos vacacionantes que aprovecharan la hueva y nos escucharan... a otros con el viejo truco del chantaje y hasta dinero les ofrecí -oh, oh... por eso nunca me sale el chantaje, es al revés-.

Ya estábamos listos, con la audiencia cautiva -casi literal-, nos dirigimos a la estación y ahí fue cuando la puerca torció el rabo. Resulta que se fue la luz y que como siempre que se va la luz, funestas tragedias acontecen! La Internet se rehusó a funcionar, la computadora desde donde se transmite, se puso diva y arrojó la estola. Pues ya... Qué puede uno hacer ante la tecnología cuando esta se torna adversa? Si, patearla hasta sentirse uno satisfecho, desde luego que lo pensé, pero como no soy el dueño, menudo problema me habría provocado. Afortunadamente para los aparatos electrónicos y para mi bolsillo, el Bodoque estaba ahí, con su cara zen y su actitud de Gandhi.

Llegando a casa, desquité la frustración de la única forma en que un hombre maduro puede hacerlo, puse la lavadora, encendí la compu, la apagué después de las primeras quejas, prendí un cigarro, me tomé una chela y me relajé.

Me siento como niño que molió toda la tarde por demostrar que ya sabe andar en bici y cuando por fin saca a toda la familia a la calle, va y se azota contra la primera hilera de truenos que encuentra. No importan los raspones físicos, como sea un poco de merthiolate y unas curitas los alivian. Pero los raspones que te deja la vergüenza de fallarles... Cómo te los quitas? Se que una bolsa de papel en la cabeza ayuda, pero se siente uno culpable cuando piensa en cuántos árboles se talan para que esa bolsa cubra tu pena.

Pero viéndole el lado amable, me dio motivo para escribir este absurdo.

Así que como dice Miguel en su blog, hay que festejar. Así que con los sorbitos que le quedan a la, ya casi, tibia cerveza, brindo por la tecnología, brindo por la compañía de luz y fuerza que cada que llueve un poco, se convierte en la compañía de oscuridad y caos, brindo por la Internet, cosa gloriosa que nos permite estar unidos a pesar de las distancias, anchos de banda, actualizaciones e incompatibilidades de plataformas y sistemas!

En este momento, alguien me dice que mis ojos son nocturnos luceros... y la verdad esa es una plática que no me pienso perder...


Comentarios

Unknown dijo…
Ya ves.. eso te ganas por confiar en la tecnología.. esa perra traidora que cuando quieres jugar Xbox en vacaciones te abandona a tu suerte...
Pero bueno, menos mal que te sobrepusiste al golpe. Sobre todo al de la bicicleta, esos luego duelen mucho.

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