Rupert
Rupert no era como los demás príncipes, no cazaba dragones, no comandaba un ejercito y mucho menos peleaba en guerras. Rupert cantaba, componía música, sembraba flores y acariciaba venados. Era vegetariano, hacia ejercicio, muy ordenado y pulcro. Arrancaba suspiros y generaba envidias.
El rey lo ignoraba, la reina, condescendiente lo toleraba y la corte entera se reía a sus espaldas.
Un día, mientras paseaba con los animalitos del bosque, encontró el amor y en ese momento se selló su destino.
Las princesas de cuentos, muertas de celos contrataron a todas las brujas para matarlo, pues había robado el corazón del príncipe azul.
El rey lo ignoraba, la reina, condescendiente lo toleraba y la corte entera se reía a sus espaldas.
Un día, mientras paseaba con los animalitos del bosque, encontró el amor y en ese momento se selló su destino.
Las princesas de cuentos, muertas de celos contrataron a todas las brujas para matarlo, pues había robado el corazón del príncipe azul.
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