Antes que nada...

Quiero compartir con el mundo la dicha y jolgorio que embargan mi corazón -antes que cualquier embargo nos alcance y que no tiene nada que ver con el Greg, Bazbaz y cuantimenos con el mundial de furbol-:

El feliz aniversario del nacimiento de la felicidad, de ese albondigón, de ese... de un... de la... la criatura esa... El misterioso agente de poderes foráneos y fletes internacionales: El Josí.

Si, hace, apenas, 29 años, la calma de la noche -y otra parte física que no viene al caso, aunque en realidad tiene todo el caso- fue rasgada por la expulsión de un bebé... de un muñequito... que digo muñequito... un monito, que digo monito... un auténtico changuito: José Miguel García Fernández -obvio, aun no se llamaba así-. Al ver sus primeras fotos uno pensaba en nombres como Atuk, Trucutú, Bam-Bam, Kong, Tor o Cavernario a secas, pero no, afortunadamente permaneció quieto y no fueron necesarias las redes ni los dardos tranquilizadores -aunque si fue necesario pedir una orden de amparo ante algunos zoológicos y museos para que dejaran de reclamar al chamaco-.

Nació el feliz día en que sus abuelos maternos festejaban su feliz aniversario matrimonial, contó con la bendición de tener presente a su hado malandrino al llegar al mundo, el tío Miguel -apodado la Barbie y que nada tiene que ver con el narco, pero si con lo naco-, lo cual le aseguró el éxito en los juegos de azar y en tener facilidad para abrir cerraduras de las racámaras que -¡si están cerradas es por algo!- guardan comics y juguetes.

Primo Genito de las familias paterna y materna, hábil para aprender, listo para estudiar, mostró su inteligencia rápidamente al tener afinidad y gusto por compartir tiempo con su tío Víctor quien -casi- con gusto -y un poco a fuerzas- compartió comics, juguetes, anécdotas, documentales, películas, dinosaurios y hojas blancas para dibujar.

Disfrutó a su abuelo cuando lo llevaba a la huerta a sembrar arbolitos, desyerbar y huir de arañas y todo animal salvaje -para él cualquier forma de vida que tenga la capacidad de moverse por si misma-, más tarde compartió con ese mismo abuelo, el placer devoto de la pastoral y dió gracias a dios que lo más salvaje ahí eran las viejitas de la veladora perpétua -que ya no podían corretearlo-; eso sí, nunca pudo compartir los placeres culinarios de ese abuelo porque tenían cosas que no eran sabritas ni ricolino y, además, no traían figuritas de Star Wars dentro.

Actualmente disfruta de su esposa y su pequeña criaturita, Emma Sofía, luz de sus luces y manos de sus huellas azucaradas en muebles y paredes, geek por derecho propio y esfuerzo supremo, es una delicia de sobrino -aprendió a golpes de los tíos-, buen hijo -harta abolladura materna-, hermano total -aun no mata a ninguno de los otros-, mandilón marido -na'más no le digan que le pega Lili- y un malcriador padre -para delicia de la pequeña Sofi-.

Josí: es una dicha tenerte entre nosotros, es un placer quererte tanto, sentirte tan hijo, tan sobrino, tan amigo... Siempre tan enano! Digo: siempre tan, de tanto! Porque nunca pudiste ser menos -gordo o inteligente- porque siempre podrás ser más -gordo y no inteligente-, porque eres un ser humano -no clasificado aun- extraordinario -y MUY ordinario-, eres un artista que debería estar colgado en un museo -por lo menos tu obra- y tus libros, tus maravillosos libros deberían ser expuestos -o por lo menos denunciados-. Te quiero enano -y aun si crecieras- eres de esas cosas que nos manda dios y que nos hace entender que, de verdad, obra de formas misteriosas.

Vive sobrino, se feliz, disfruta el día y no olvides que eres producto de amor, mucho amor y mucha química y alquitrán.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

PD: No se poner links pero si leen esto, chequen el blog de El Enfermo... Ese es mi sobrino!