La Vida Moderna -Sueños-

Los sueños son un enigma absoluto para la paz del durmiente común, deseos inalcanzables, carencias, miedos, idioteces que frustran o alegran, situaciones que sonrojan, humedades que no se controlan. En ellos se ha buscado encontrar el futuro, la comprensión del pasado o la sinrazón del presente -y a veces los números de la lotería o el melate, dar con el mapa del tesoro que escondió la bisabuela durante la revolución, ver a los muertos de la familia para preguntarles por el más allá y cómo y dónde se encuentran-.

Los sueños son tan complicados o tan simples como la vidas de los soñadores; tan ricos o pobres como las almas que los alimentan. Pueden ser ángeles que descienden sonrientes o demonios que reptan ávidos y sedientos de nuestros miedos; espejos de vida o fosos de muerte.

No se que harían los primogénitos de la raza humana al despertarse, sacudirian la cabeza y suspirarían aliviados de escapar de las garras de un depredador o voltearían a todos lados esperanzados de no verlo junto a ellos -aunque sólo estuviera la pareja, que por las reconstrucciones computarizadas... igual y deseabas al depredador-. Se confundirían al no comprender la diferencia entre la realidad y esa "otra" tierra en la que las cosas cambiaban sin aviso -como si vivieran en el D.F. y les pidieran sacar una nueva tarjeta de circulación-. Una cosa es segura, ellos no soñaban que caían, ellos simplemente daban el ramalazo y gracias a esas fracturas, torceduras y esguinces nosotros podemos constatar que el sueño se grabó, que aunque ya no dormimos en árboles, estamos expuestos ante nuestro inconsciente que no quiere que olvidemos el arduo y sinuoso camino dándonos ese recurrente sueño angustioso de sentir la caida y -afortunadamente- nunca el madrazo.

Los primeros reinos civilizados buscaban a los agoreros que desmarañaran las confusas hebras de los sueños de los reyes -muy chingones ellos que soñaban y ponían a otros a adivinar-, esperando decidir sobre el futuro de miles de seres humanos por los vericuetos de la retorcida mente de una humana divinidad. Si habría sequía, hambruna o peste dependía de que el fulanito soñara con flores, vacas o pajaritos -sin albur-. Son famosas las historias de lectores de sueños que salvaron reinos o que los hundieron por no saber interpretar la verdad escrita en la psique de un regente caprichoso -al final por eso se inventaron otros métodos de adivinación aun más ambiguos y que permitian conservar la cabeza unida al pescuezo más tiempo-.

Los egipcios seguro soñaron con pirámides, los griegos con la belleza, los romanos con la victoria, los judios con el mesías, los esclavos con la libertad, los moribundos con la vida, los asesinos con el escape, los sacerdotes con la gloria, los mercenarios con oro, los sabios con la verdad -no sabían que está allá afuera*-, los marinos con sirenas y las sirenas con jugosos marineros regordetes.

Hubo quienes los catalogaron en buenos y malos, de advertencia, de grandeza y delirantes -siempre salían siendo lo mismo y eran los favoritos de emperadores, reyes, aspirantes, sacerdotes, senadores y generales-, de fiebre y calentura, sueños de amor y de odio, sueños de profundidad filosófica y otros de una vacuidad absoluta -ahora se llaman telenovelas-. Había sueños terribles y proféticos que se escribían para que en el futuro los sabios o los tontos desocupados se hicieran pelotas buscándole significados.

Las imposiciones religiosas coparon los sueños, así las delicias o miedos nocturnos podían ser maldiciones enviadas por demonios a atormentar -manque soñaran con ángeles-. Así los sueños de lujuria tuvieron nombre y fueron súcubos o íncubos y se les daba de catorrazos y coscorrones a los que incurrieran en el desacato de adivinar sueños, cartas, manos y todo lo que sonara u oliera a magia. Seguramente en esas épocas los sueños eran aterrantes, de fuego y hiel, de dolor y tormento, apocalípticos por decir lo menos.

Con el regreso de eras más civilizadas los sueños cambiaron radicalmente y la libertad del pensamiento permitió que los hombres no sólo soñaran si no que cumplieran esos sueños, sueños de viaje y conquista, de poder, de saber -de sabiduría que no de sabor-. Los sueños enriquecieron la literatura y fomentaron mas sueños, como polen que viajaba por el éter los sueños contagiaron a muchos más y poco a poco los sueños recobraron el valor merecido. Bueno, no mucho porque más tarde salió Freud con que si los sueños esto y aquello, que si eran cosas enterradas en el inconsciente, que si eran deseos irrefrenables, que si la manga del muerto, etc. Finalmente los sueños volvieron a ser objeto de escrutinio y ahora sabemos que soñamos de lo que sabemos, rara vez vemos algo inexistente -real o conceptual- en nuestros sueños. Soñamos todo lo que existe, lo que deseamos y necesitamos; soñamos lo que nos duele, lo que nos asusta, lo que nos limita.

Las abuelas -a quienes lo que dijera Freud o Mengano, les venía quedando guango- decían que soñar con bodas anunciaba muerte, lo mismo si se soñaba de negro o una mujer vestida de novia; que soñar con pérdida de dientes o pisar excrementos, dinero para el soñador; un nacimiento era señal de cambios en la vida; agua clara, amor; agua sucia, malos pensamimentos; dinero, pobreza; alegría, futuros pesares; peces en aguas profundas desvelaba la existencia de secretos; cazuelas anunciaban bodas y si se rompian infelicidad en los matrimonios.

El paso del tiempo hizo que los sueños que eran relevantes en el pasado se perdieran y lo artesanal y adivinatorio con ellos, ya casi nadie sueña con vacas carnivoras o con espigas vegetarianas, pocos son los que sueñan con astros en situaciones cataclísmicas o con que los cielos caigan a la tierra. Los tiempos cambian, los sueños y sus significados tambien. Tan sólo el siglo pasado los cambios fueron tan profundos en la vida cotidiana que los intérpretes de los sueños aun no saben que significado darles a los teléfonos, televisión, tarjetas de crédito, rayos láser, Power Rangers, Godzilla, Goku, androides y demás seres que surgieron y se quedaron en el inconsciente humano, grabados con fuego en el cotidiano existir. La interpretación va quedando rezagada ahora que hay que anexar que se sueña con facebook, twitter, teléfonos móviles, ipad, ipods y demás cacharros que inhundan la vida y se vuelven indispensables.

Los sueños siguen siendo un enigma absoluto para la paz del durmiente común -los estudiosos si saben, pero lo explican tan largo y aburrido que no llama la atención-, esos deseos inalcanzables, las carencias, los miedos... todo lo que soñamos a diario, lo recordemos o no, nos da una clave de la que perdimos -o nunca encontramos- el significado -o el anillo decodificador- para saber si son augurios, paliativos para las culpas, formas absurdas de gastar electricidad y neuronas o simplemente guiones que nos contamos para no aburrirnos mientras dormimos.

*Ya salí y no vi la verdad... pero insisten

Comentarios

Chale mi Capitán jajaja el tema de los sueños esta chilo, bien lo dices, para algunos es esa forma en que nuestro sub consiente se comunica con nosotros y nos da tips para la vida del consiente.

Yo no sé si siempre sueño, lo que si se o recuerdo son esas sensaciones al despertar que me incidan que pudo haber pasado en mis sueños, en veces he despertado llorando, pero así una onda mega mal plan jajaja otras despierto con mucha paz, otras muerta de la risa jaja la onda es que no recuerdo siempre que fue lo que paso,

Algunos sueños si los recuerdo, sobre todo los que por etapas de mi vida fueron muy recurrentes, alguna vez me recomendaron tener una libreta en mi buro para que al despertar escriba de lo que me acuerdo del sueño, no sé si lo has intentado, jajaja si tal vez no te clavas en buscar las “respuestas a todo el desmadre de la vida consiente” jajaja si te avientas unas buenas carcajadas al ver que en los sueños no existe ni tiempo, ni lugar, ni nombres, los sueños son cosa extraña, creo son mas de sensaciones sin poner nombres.

Excelente entrada, besos muchos besos y un abrazo bien fuerte.
Capitan Frio dijo…
Muchas gracias de nuevo! Dicen que siempre soñamos, es sólo que no siempre recordamos los sueños -dependiendo del momento en el que los tengamos-.

Soñas es parte de la vida, incluso se sabe de muchos animales que sueñan, lo que quiza nunca sabremos es qué sueñan?

Lo importante son dos cosas:

No dejar de soñar y no confundir la vida con un sueño.

Besotes!
Unknown dijo…
A mi me gusta soñar...

Manque me digan que no es bueno.

Y si no puedo confundir la vida con un sueño, como me voy aterminar de equivocar?

Si se enojan por que lo hago!
Mas a drede lo he de hacer!
Capitan Frio dijo…
Ante tanta lógica, no puedo rebatir ni contradecir...

Anda ve y has tu santa voluntad. Yo me lanzo a comprar curitas y agua oxigenada. Para que luego no digas...
Capitan Frio dijo…
Es que eres muy... Pues así como eres! JAJAJAJA!
¡weeeeeeeeey NO MANCHES!
Anoche soñé que tenía que limpiar unos como charalitos magnetizados ( que encontré debajo de una brújula mientras trataba de ver la línea de alidada) con textura como de coco rallado. De entre los charalitos, aparecía una especie de ajolote, pero con dientes que primero trataba de morderme, luego de perseguirme conforme iba creciendo.

Había gente esperando que yo les hiciera de comer así que no iban a ayudarme y menos si había un monstruilio cambiando de forma constantemente.
lo enfrenté y traté de matarlo con mis manos, pero se transformó en un perrototototote negro como un rottweiler. Ahí sí corrí un rato. El lugar donde estaba se transformó de un apartamento posmoderno a la casa de mi abuela en el centro.

Luego, el bicho cambió de forma y lo pude agarrar de nuevo hasta casi matarlo. Con mis manitas santas lo sostuve apretando el hocico que se fue achatando. tuve que soltarlo de nuevo.hasta que logré agarrarlo de una pata para después azotarlo contra unas escaleras rojas.
Te juro que así soñamos las brujitas.
Capitan Frio dijo…
Que padre! Hace años que no recuerdo lo que sueño! Ojalá fuera brujito Cris!

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