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Mostrando las entradas de noviembre, 2009

Infantes terribles

Y bueno, a veces las buenas intenciones no pasan de ser eso, buenas e intenciones, después de otra larga ausencia me dispongo a desempolvar neuronas y ver si quedan activas algunas y si, por gracia de la naturaleza, aun hacen sinapsis. Leyendo el excelente blog de Sergio Tovar Velarde , me encontré con algo en lo que no había reflexionado en años, algo que me pico el orgullo y me decidió a regresar a la Pared de Hielo -si les gana la curiosidad es la entrada referente a Pie Pequeño en busca del Valle Escondido -. Yo siempre me consideré un niño normal. Un niño al que le gustaba jugar con carritos, dibujar, fantasear, ver televisión, escuchar música, leer comics, libros y enciclopedias, platicar con los adultos, preguntar sobre temas históricos, aprenderse las constelaciones, tener discusiones sobre religión, patinar, andar en bici, salir al parque a jugar, matar a indios y vaqueros con pistolas de plástico, visitar las casas de los amigos o quedarse hasta tarde sentado en la banqueta c