La Vida Moderna -gordos-

gordo, da.
(Del lat. gurdus, voz de or. hisp.).

1. adj. De abundantes carnes.
2. adj. Muy abultado y corpulento.
3. adj. pingüe (‖ craso y mantecoso). Carne gorda
4. adj. Que excede del grosor corriente en su clase. Hilo gordo Lienzo gordo
5. adj. Muy grande, fuera de lo corriente. Ha tenido un accidente gordo
6. adj. ant. Torpe, tonto, poco avisado.
7. m. sebo (‖ grasa que se saca de los animales herbívoros).
8. f. Méx. Tortilla de maíz más gruesa que la común.
9. f. coloq. p. us. perra gorda.

Mientras hace algunas décadas tener un retoño gordo era símbolo de bienestar, actualmente es digno de preocupar (desde luego que, antes de la Segunda Guerra Mundial, los niños gordos tenían una alimentación muy diferente a los gordos post World War II), contrario a lo que pasaba/pasa con los flacos, mientras en antaño los atiborraban de aceite de hígado de tiburon y vitaminas, ahora se desviven en alabanzas por lo bien que funciona su tilico metabolismo.

La población de gordos ha ido en aumento en los últimos 80 años, gracias a dos sencillas razones, la calidad de la alimentación y el tiempo libre. Sip. El mundo actual está inmerso en un presentismo* a ultranza que le impide a la humanidad ver más allá de sus narices (o, como bien dicen algunos expertos al respecto "ni un día antes de haber nacido"); sobrevivir en el mundo pre IIGM requería muchas cosas, que iban desde el esfuerzo físico hasta el intelectual. Era un mundo muy diferente al nuestro, en el cual el uso del cuerpo era forzoso, había que caminar, cargar, correr, hasta en las oficinas era necesario subir y bajar escaleras. Fue una época en la que hasta la comida era muy diferente, podríamos hablar que fue, tal vez, la última etapa de los alimentos naturales (sin la mamada de lo orgánico estampada al frente), en la que cocinar requería un esfuerzo extra y tiempo. Tiempo que trascurria diferente para los habitantes de esa distante era, los dias comenzaban más temprano y era natural que las familias se despertaran entre las 5 y 6 de la mañana, se desayunaran opíparamente y después el padre al trabajo, los niños -que lo eran hasta los 18 años- a la escuela y la madre al mercado (si, pueden jurar que hacemos exactamente lo mismo, salvo que, en ese entonces el papá se iría en tranvía -sin vagoneros-, los niños a la escuela caminando -no había mayor preocupación de que los niños andubieran solos en la calle, salvo que se cayeran y rasparan- y la mamá a pie al mercado -y ahí, con sus propias manitas, elegiría fruta, verdura, carnes, quesos, manteca de cerdo, etc. sin etiquetas, no embolsadas, nada preparado, sin información nutrimental-); así, mientras la madre trabajaba en labores domésticas mucho más elaboradas que las actuales, los niños estudiaban y el papá en chinga en su trabajo; al regresar se comía, se reposaba y acto seguido los padres (juntos o por separado) escucharían radio, leerían, o tal vez el papa haría labores domésticas de las consideradas pesadas y la mamá alguna actividad manual o de remiendo, los niños saldrían a jugar y retozar hasta que la madre les gritara que la cena estaba servida y acto seguido a dormir, estamos hablando onda las 8 o 9 de la noche, por lo que podemos suponer que las dieciseis horas de acción por las 8 de sueño eran de mucha calidad (comparen su día)... y había mucho menos gordos -siempre existiremos- que ahora (el papá no iba al gym, la mamá no hacía yoga ni spinning y los niños podían romperse la madre con los amigos sin mediar la pinche palabra bullying y demandas de por medio).

Evidentemente en esa época, era primordial pensar que era necesario que los hijos estuvieran rellenitos, porque si algo sabían, era que los flacos se morían más fácil ante las enfermedades habituales y los rollizos tendían a sobrevivir, aunque generalmente terminaban en los huesos. Los hijos mas llenos, eran los favoritos porque, habitualmente, eran más retraídos y dados a tener menos actividad física por lo que no eran TAN latosos como los niños menudos, que nunca se sabían estar, sacaban mejores calificaciones y, seguramente, serían los genios de su generación -mucho más tirándole a la fantasía que a la realidad pero con sus tintes de cierto-, además de que, posiblemente, serían unos maridos extraordinarios y padres excelentes (un hombre gordo era símbolo de pujanza y estabilidad, lo cual lo hacía atractivo para las mujeres, que en ese entonces eran de curva y no de ángulo, mismas que eran más atractivas, pensando que cadera ancha da buena progenie).

Generalmente al gordo se le ha asociado con la intelectualidad (y con todo tipo de exceso y, desde luego, con la torpeza, la ingenuidad, el abandono y la timidez) por encima de lo físico, que puede ser cierto con sus debidas proporciones, ya que al retraerse por no ser proclive -y muy poco hábil- a participar de juegos de mucho esfuerzo físico, el niño gordo tiende a pensar un poco más -de forma útil o inútil, ya depende de cada gordo y sus niveles de rencor/aceptación que tenga hacia la sociedad- que el resto de sus contemporáneos.

El gordo siempre ha sido motivo de preocupación de los flacos, ya fuera en Grecia, en Esparta, Arabia o Roma, el gordo era mal visto por distintos motivos, ya que para algunos representaba la parte irrefrenable del instinto animal sobre lo humano (aunque en la naturaleza es difícil encontrar animales gordos), no eran -ni somos- aptos para la guerra, la caza o los torneos de ping-pong, rara vez han -hemos- sido estéticos y, sobretodo, lo que más molesta, es que siempre tienen una gracia especial para rodearse de mujeres (y si son -somos- gays, más), ya que al saberse poco atractivos, se dispara la parte creativo-poética que hace que las mujeres les digan a sus flacos "ay, porque no eres tierno como Toribio, lo que tiene de gordo lo tiene de encanto".

Con la mujer gorda pasa diferente, siempre se le ha asociado más con la fertilidad, pero también con la torpeza, la ingenuidad, el abandono y la timidez, que con la intelectualidad y no ha ayudado mucho que las mujeres que han sobresalido en la historia de la humanidad son siempre descritas, si no como monumentos y cueros de viejas, por lo menos de estructura corporal, digamos, prudente -Nefertiti, Cleopatra, Hipatia, Teodora, Bertrada, Isabel de Castilla, Elizabeth de Inglaterra, Maria Antonieta, la Güera Rodríguez, Madame Curie- y las llenitas siempre quedan en papeles como de apoyo, de nanas, de hermanastras malpedo, mejores amigas o de madres superioras. Eso sí, el gordo y la gorda son los excelentes patiños para los héroes, y heroinas, de corte bello e impecable, ya que siempre son más pícaros que estos y se ven más chistosos al caerse, sin duda alguna.

Contrario al momento actual, en el que el gordo es -somos- una carga muy pesada para los sistemas de salud del mundo, en un principio fue -fuimos- un regalo de la sabia madre naturaleza, sin los gordos la humanidad no habría logrado el más mínimo avance y no habría sobrevivido (claro, ya nos excedimos en la bienvenida).

Imaginemos un fresco día de primavera en el que la humanidad reposaba después de comer y los niños jugueteaban alrededor de sus madres y padres y mientras los mayores veían con orgullo como sus peques hacían todo tipo de piruetas y gracias, el gordito del grupo, mareado y harto de ser rodado por los grandulones de la tribu de un lado para el otro, analizaba la posibilidad de utilizar un cuerpo circular (como su cintura) para desplazar materiales pesados (y de ser posible romperle el cráneo a los que siempre lo ruedan). De pronto, un gruñido, gritos de alarma, dientes de sable los rodean, las madres toman a sus pequeños en brazos y los padres las azuzan a ponerse a salvo, el gordito mira para todos lados y no hay quien lo pueda -ni quiera- cargar en ese momento, todos corren como locos y buscan refugio en lugares altos, se ayudan unos a otros, el pobre Tobi apenas puede moverse, comió demasiado, se mareó al levantarse y tiene los pies dormidos, sus movimientos, torpes de por sí, no son nada veloces ni adecuados, no pasara mucho rato antes de que su jocunda humanidad descanse en trozos dentro de las tibias panzas de los felinos. Sin saberlo, el buen Tobi, ha ayudado a la humanidad a sobrevivir un día más. Algún día, otro Tobi, con un poco más de tiempo y menos desidia, ideará una herramienta capaz de darle un "estatenpaz" a los dientes de sable, a los abusivos y se podrá declarar inagurada una nueva etapa en la historia de la humanidad y el inicio de la obesidad humana.

(pregunta el buen Bodoque si en lugar de clonar mamuts, no sería mejor empezar con dientes de sable como medida antiobesidad)

*Presentismo: tendencia actual a juzgar el pasado, con una consciencia ética y moral del presente, ignorando por completo los entornos sociales/morales/éticos/religiosos de los momentos y personajes históricos (siendo el presente -que es lo único que importa- desde el momento de nacimiento del presentista a la fecha).

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